Durante mucho tiempo viví con la falsa creencia de que algo andaba mal en mí. Desde que era niña, mi alta sensibilidad me hacía sentir como si estuviera en un mundo que no estaba hecho para mí. Todo parecía ser demasiado: demasiado intenso 🌪️, demasiado ruidoso 🔊, demasiado grande 🌍. Lo que otros parecían navegar sin dificultad, a mí me abrumaba. La más mínima cosa podía atraparme, y me encontraba obsesionada, perdida en detalles que parecían insignificantes para los demás, pero que para mí lo eran todo. El aire me faltaba 😮💨, como si mi cuerpo no pudiera manejar la intensidad de mi mundo interno. Hoy entiendo que esa dificultad para respirar era una manifestación física de lo que no sabía cómo expresar: un universo complejo dentro de mí que aún no había aprendido a manejar 🌌.
El mundo exterior siempre fue un desafío 🏙️. Los sonidos, las multitudes, las emociones invisibles pero palpables que flotaban a mi alrededor… todo me golpeaba con una fuerza desproporcionada 💥. Recuerdo haberme sentido diferente, extraña, como si hubiera algo en mí que simplemente no encajaba 🧩. A veces me volvía aprensiva, otras veces obsesiva, moviéndome entre la irritación y el desborde de una pasión que no sabía cómo compartir. Los adultos a menudo me etiquetaban como "dramática" 🎭 o "exagerada", sin entender que no era un acto, sino una verdad profunda que no podía controlar. Era fiel a un mundo interno que apenas comprendía, y que ellos, definitivamente, no podían ver 🌊.
Fue en mi adolescencia cuando, de manera inesperada, descubrí un don 🎁: la capacidad única de encontrarle lo cómico a las personas, las situaciones y a todo lo que me rodeaba. Mi sentido del humor 😂 se convirtió en mi refugio, un espacio donde podía dar salida a mi alta sensibilidad de una manera aceptada y, además, valorada. Lo que antes me había causado lágrimas 😢 se transformó en un escudo 🛡️, y al mismo tiempo, en un puente de conexión con los demás 🌉.
Con el tiempo, mi sentido del humor maduró. Dejó de ser solo mi refugio para convertirse en un aspecto más balanceado de mí ⚖️, aunque hoy en día sigue siendo un puente que me conecta, desde un lugar ligero, con el mundo externo 🌍. Pero lo más importante es que ahora veo algo que antes no podía: mi sensibilidad, lejos de ser una carga, fue el primer regalo 🎁 que me dio la vida.
Hoy, después de años de auto-descubrimiento, puedo decir con certeza: no había, ni hay, nada mal en mí 💡. Al contrario, fue esa sensibilidad la que me impulsó a convertirme en quien soy. Fue lo que encendió mi búsqueda por entenderme, por trascender las etiquetas y juicios que otros me impusieron. Me llevó a reconocer mi propio valor, sin esperar la aprobación externa 💪. Una maestra querida me dijo una vez: "Adri, nadie cuenta mejor tu historia que tú misma." Y tenía razón. Esta es mi historia, contada por mí 📖.
Si te reconoces en estas palabras, si sientes que el mundo a veces es demasiado para ti, te entiendo. Conozco ese sentimiento 🤝. Pero también sé que esa intensidad que a veces te abruma es una puerta hacia una profundidad que pocos llegan a conocer 🌊. No es una carga, es tu fuente de fuerza 💥. Un regalo 🎁 que no se revela de inmediato y que requiere desarrollo, sobre todo si vienes, como yo, de generaciones de padres que anulaban la emoción y estaban desconectados del desarrollo natural; donde lo valorado eran los resultados inmediatos y la conducta 📈.
Claro, no fue un proceso fácil 🚶♀️. No sucedió de la noche a la mañana 🌙. Requirió tiempo, paciencia ⏳ y una voluntad constante de aprender 📚. Aprendí a escuchar lo que mi cuerpo y mis emociones me estaban intentando decir 💭. Dejar de luchar contra la incomodidad y, en lugar de eso, permitirle ser mi guía 🧭. Porque es fácil tratar de escapar de las sensaciones incómodas 🚪. Es más fácil distraerse 📱. Pero el verdadero reto, el verdadero crecimiento 🌱, ocurre cuando puedes, de alguna forma u otra, silenciar el ruido exterior 🔕 y comenzar a confiar en lo que sientes ❤️. Y aunque no siempre hacemos lo que sentimos, aprendemos a sintonizarnos con esa información interna, con la profundidad de nosotros mismos, para usarla como guía y así relacionarnos con nosotros mismos desde un lugar consciente 🌟.
Así que, mi querido lector, si te sientes identificado con estas palabras, te invito a que dejes de lado esos escudos de defensa que te han ayudado a esconder ese ser brillante y maravilloso que eres. Es tiempo de que reclames ese manantial de fuerza que llevas dentro 💧, porque hay un poder muy especial cuando logras sentirte. Pero es un poder que unicamente puedes descubrir por ti mismo/a. Confía en mí, te llevará a caminos nuevos y desconocidos, pero llenos de significado 💫.
Adriana Soberon P. ©️ Copyright. Todos los Derechos Reservados. 📝🔒
Siento que leí esto, leí una parte de mi hijo, que aunque apenas tiene 4 años, sé que tiene una sensibilidad que quisiera entender mejor ñara poder acompañarlo de la mejor manera posible.