Cuando estás muy atento a las inquietudes y emociones de los demás, puedes estar inmerso en un patrón de sacrificio y auto-descuido.
Especialmente si al relacionarte entras sistemáticamente en un estado de unión con el otro. Volviéndote uno con él y llegando a un estado del cual no puedes diferenciar tus necesidades de las del otro.
Dos ejemplos que lo ilustran son:
✔️ Decir sí a algo cuando en realidad tenías la intención de decir que no.
✔️Comprometerte a un plan con tus amigos dejando a un lado el compromiso que tenías contigo.
En realidad, la fusión te sigue pasando y tu reacción es a menudo impulsiva porque hay una necesidad interna que esencialmente no estas siendo capaz de ver y mucho menos satisfacer.
Me refiero a tu necesidad esencial de sentirte cercano, perteneciente, pero más allá de esto; visto y reconocido desde las profundidades de quien realmente eres. Una necesidad esencial del ser humano y que a menudo adquiere Fuerza propia cuando no la volvemos consciente.
Cuando continuamos a través de la vida sin definición y sin poder expresar aquello que nos define desde la profundidad de uno mismo. Lo primero que ocurre es que la posibilidad de encontrar una persona humana capaz de proporcionar un profundo sentimiento de saciedad se extingue de manera automática. Manteniéndonos en un estado permanente de frustración.
Se vuelve muy improbable que logres profundizar en tu capacidad de preservar cercanía con alguien mas. Y en su defecto, manteniéndote atascado en un ciclo superficial que se auto-replica y que no asiste tu desarrollo evolutivo. Esto, porque no hay mucho que ver ni que reconocer en ti o en el otro.
En donde en su mayor parte se encuentran fundidos e inmersos en una mezcla homogénenea donde no hay visibilidad de los componentes de cada uno. Este fenómeno homogéneo de mezcla, o a lo que yo llamo como "tumor social" da como resultado seres humanos atrapados y aferrados unos a los otros.
Al ser motivados desde su propia hambre ambos quedan unidos desde su propio vacío inconsciente. Las consecuencias de seguir estancados en este círculo vicioso son casi obvias. En la imagen de hoy me esfuerzo por ejemplificarla con la analogia de Andrés.
Un niño que se queda sin dinero al no poder sentir y concientizar la fuerza interna irreprimible que lo mueve hacia la búsqueda de unión, y a su vez pausar para visitarse en su profundidad, con el fin de diferenciar sus necesidades de las del otro.
Es tan intensa su emoción que lo mueve a la union, que el niño trata de hacerse cargo, entregándole todo su dinero. Perdiéndose de él para convertir las necesidades del otro en propias y llegar al punto de quedarse sin nada.
Un poco más adelante, mientras va por su helado, Andrés experimenta una profunda frustración, al caer en cuenta de que se le ha agotado su dinero para comprarlo.
Sólo el dolor del registro de la pérdida le sirve como un instrumento para traerlo de regreso a el.
Creo que esta analogía ilustra el escenario de aquellas personas que, al igual que Andrés, aun no logran contener en su cuerpo la fuerza que los mueve a la union. Una que cuando nos mueve a la acción sin habitarnos interiormente, terminamos uniéndonos desde nuestro estado hambriento e insatisfecho. Quedando unidos y atrapados en una unión carente.
Una maestra a la que estimo mucho y he aprendido mucho de ella; la Dr. Shefali Tsabary le llama a este fenómeno el síndrome del Doble Mendigo. (The twin beggar syndrome)
Un estado en donde aunque uno obtiene cercania. Recurrentemente experimentan dolor y pérdida, porque constantemente se está perdiendo de si mismo.
Y es que al carecer de la capacidad de tolerar y sentir separación, dialogando con las sensaciones corporales que naturalmente derivan de esta. Muchos quedan atorados en un circulo vicioso, sin contenerla y dominados por la Fuerza Universal que los mueve a buscar cercanía.
Encontrando una unión que aunque apacigua de manera momentanea las sensaciones incomodas de la separacion, paradójicamente los aleja cada vez más de profundizar en ellos y hallar el establecimiento de una relación íntima con su corazón-con su centro.
La realidad es que la única manera de saciar nuestra necesidad de cercania y permanecer en relaciones cercanas, sin perdernos en el proceso. Es el sentir y el reconocer de manera consciente dos sensaciones corporales simultaneas. Me refiero, a aquella que nos motiva a la unión junto con la que nos lleva a ser nosotros mismos, conservando y honrando nuestras propias necesidades.
La manera de explorar cómo se sienten estas dos sensaciones al mismo tiempo es atreviéndote a manifestar desde quien en realidad eres, tolerando y relacionandote con las sensaciones incomodas que naturalmente surgiran cuando comienzas a definirte y a separarte de los otros.
Verificaras en realidad, que cuanto más te permites ser visto, más profundizas en tu habilidad de sentirte cercano pues no solo ganas espacio y libertad de ser quien eres si no que también te sientes mas vivo.
Decir que NO empodera !
Adriana Soberon P. ©️ Copyright. Todos los Derechos Reservados.
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