Hay un descanso profundo que se experimenta después de haberte entregado a la experiencia del vacío. Pues al final el esfuerzo previo para rendirte a tus sensaciones vulnerables de tristeza y decepción (vaciado) toma y requiere de mucha energía, representando un cierre de ciclo y un movimiento natural del cuerpo buscando la contracción.
Es una experiencia que por desgracia sorprende y a menudo golpea casi por la fuerza buscando abrirnos el corazón. Una que, por más incómoda que pueda parecer, nos presenta la oportunidad de fluir con lo desconocido, situándonos en tierras vulnerables y separándonos de las sensaciones que antes conocíamos y considerábamos como cómodas, pero que no por eso son útiles en el caminar evolutivo.
Significa que hemos entrado voluntariamente o involuntariamente en un ciclo natural lleno de significado y sentido. Uno a través del cual, el alma busca un respiro, una pausa, un descanso para que te entregues plenamente a el y naturalmente fluyas en este proceso de recuperación, revitalización y balance.
Uno que, cuando se transita y concluye, resulta en el reclamo asertivo del poder que existe en tu Fuerza Vital. Y con ello tu capacidad de regresar a ciclos expansivos y de experiencias placenteras.
Representa un tiempo en donde tu energía busca ser liberada a través de las lágrimas y la consciencia, expandiendo tu oxigenación y consiguiendo un momento revitalizador y de reparación profunda. En donde le es posible a tu energía regresar a su ritmo natural de pulsación vital.
Recuperando a un Yo más relajado, espontáneo, natural, con gracia, y salud .
Capaz de volver a confiar y regresar de vuelta a la vida sintiendo la fragilidad de su existencia, aceptando sus limitaciones, pero con el corazon tierno y sumamente receptivo.
Despertando de nuevo aquella parte que en el pasado había quedado adormecida y ahora con el deseo voraz de aprender y regresar a la experiencia expansiva. Y con ello, construir un mundo externo que resuene con el interno.
Es solo transitando este proceso sin resistencia, entregándonos a sus correspondientes sensaciones incómodas. Que logramos desde el cuerpo, la mente y el alma, cerrar lo que en el pasado quedó inacabado, y aquello que sin darnos cuenta continuaba recreandose en nuestras vidas.
Escribo este artículo porque creo que no hay suficiente información, que soporte y de palabras a la importancia y necesidad imperante del organismo a ser movido a buscar su contracción, sentir su vacío.
Al final cuanto más nos dejamos experimentar nuestras sensaciones incómodas y le encontramos palabras y significado, más expandimos nuestro contenedor interior. Y consecuentemente máyor profundidad adquirimos sobre el sentido de nuestra existencia, definiendo con certeza en donde comenzamos y en donde terminamos.
Construyendo así, una raíz cada vez más profunda en la tierra, y permaneciendo de pie sobre nuestros dos pies como seres separados e individuales.
Lamentablemente culturalmente no se nos enseñó a transitarlo, y en su lugar lo apuran, lo distraen, lo beben, cuando en realidad el cuerpo solicita un espacio digno que permita sentir y procesar el dolor.
Tal como la Naturaleza nos lo refleja con el proceso de metamorfosis de una mariposa, en donde la oruga sin resistirse descansa apartada del mundo externo en su crisálida, en donde por un período determinado de tiempo solo queda ella y su bolsa protectora.
Una experiencia que llevada a su término le da un espacio a la Maríposa para integrar todo lo que tiene que integrar y de este modo transformarse en una mariposa bella y con gracia.
Si estas experimentando un vacío en tu vida, date la oportunidad, el tiempo, el espacio de necesitar cercanía, de estar mas dependiente, de dar de menos, de redefinir cuales son tus necesidades , de descansar, y hasta de dormir mas.
Entrégate completamente a este proceso hay mucha dignidad y sabiduría en el. Cuanto más te lo permitas, más desarrollarás tu capacidad de amar.
Adriana Soberon P. ©️ Copyright. Todos los Derechos Reservados.