🌟 Aún recuerdo esos días en los que mi energia se enfocaba en buscar cercanía, siendo como las mujeres a mi alrededor. 💭
💬 Entre nosotras, nos sumergíamos en el último chisme del otro, debatíamos sobre quién desafiaba lo convencional, compartíamos las tendencias de moda más recientes, intercambiábamos recetas saludables y, de vez en cuando, en momentos más serios, compartíamos, sin darnos cuenta, una visión muy limitada y reducida de ver la vida.🍲👗
🔄 Nuestras reuniones tenían pretextos diversos; estábamos allí, pasando el tiempo, sin comprender del todo el verdadero valor de nuestra compañía. Curiosamente, a pesar de nuestros frecuentes encuentros, rara vez emergían momentos de vulnerabilidad en los que alguna de nosotras compartiera sus propias experiencias. Simplemente, estábamos juntas; ninguna tenía aún la fuerza suficiente para desafiar esa dinámica y, por lo tanto, tolerar el conflicto que podría surgir. 🤔🚫
🔍 Ahora entiendo que nuestra relación, desde esa superficialidad, se debía a que nuestra nececidad de cercanía pesaba más que el anhelo profundo del alma por expresarnos auténticamente. 💬🔍
⏳ Ha pasado ya un tiempo desde que dejé de encontrar satisfacción en esos encuentros. e iniciado la aventura de encontrar formas alternas y más expansivas de relacionarme con el mundo. Una búsqueda motivada por una profundidad ganada a lo largo de un proceso. 🚀 🌱 Un proceso que inició cuando me rendí a la fuerza vital que permea todos los procesos de vida.
Permitiéndome fluir, abriéndome a mis sensaciones corporales y sus mensajes, mismos que eventualmente me dirigirían a un conocimiento mas extenso y amplio de mi misma. 🌊 Un proceso que, lejos de ser sencillo, requirió valentía para enfrentar mis partes dolientes que habían sido ignoradas y tapadas en el pasado. Pausando y permitiendo el tiempo necesario para escuchar su mensaje, abriéndoles salidas seguras de expresión, y con ello integrándolas como partes mías. 🕰️🗣️
🌈 La liberación mental y la claridad que le siguió a esta experiencia fue maravillosa. Mi energía, antes invertida en resistir el dolor, se enfocaba ahora en darle voz y forma a partes más profundas y esenciales de mí misma. 🌟✨
🔄 Poco a poco, comprendí que aprender a sentir mis sentimientos de vacío servía como una especie de purificación, que paradójicamente me hacía internamente más fuerte y, por ende, menos dependiente del mundo externo. Experimentar toda la gama de sentimientos no fue fácil; se trato acerca de aprender a sentir sin necesariamente identificarme con lo que experimentaba. Logrando desarrollar un contenedor interno lo suficientemente amplio para, en lugar de ser dominada por mis emociones, aprender a nombrarlas e intencionarlas como una fuente de fuerza y energía para expresarme con asertividad y coherencia en el mundo externo desde la profundidad de mi Yo. 🎭🌊
🔍 Este fue el proceso mediante el cual comenzo mi viaje de autodescubrimiento más profundo, encontrando ese lugar que el personaje Don Juan describe en el libro de Jorge Castaneda "Las enseñanzas de Don Juan" como "El lugar donde uno puede sentirse feliz y más fuerte de manera natural". 📚🧘♀️
🌸 Fue un tiempo de duelo acompañado de una profunda aceptación. Un proceso que me permitió dar la bienvenida a esta versión transformada y mas completa de mí misma: más expansiva, libre y con un espacio interior más amplio, capaz de relacionarme con el mundo y las personas desde un lugar menos limitado y más espiritual. 🕊️🌍
🔄 La energía que antes se invertía en mantener cercanía ahora estaba liberada e invertida para desplegar más de mi destino evolutivo. 💫
💬 Te dejo con esta frase que encontré en la película "Avatar": "La tribu más evolucionada de los Na'vi sabiamente dice: “Cada persona nace dos veces, la segunda vez es cuando te ganas tu lugar entre la gente para siempre." 🎬🌱
Adriana Soberon P. ©️ Copyright. Todos los Derechos Reservados. 📝🔒
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